Pedaladas de larga distancia, las brevets son la esencia del cicloturismo, entendido como un tributo a la tradición de este deporte.
Este mes se celebra la Barcelona-Perpiñán-Barcelona (BPB600.cat). Se trata de una brevet o ciclomaratón de larga distancia (600km) para ciclismo de carretera y que se celebra cada dos años por la federación catalana. Una brevet es una marcha en bici cuya principal característica es la larga distancia. Las más cortas suelen ser de 200 ó 300km y sirven para preparar la brevet final o ciclomaratón. De estas, las hay de 600km, como la BPB o de más… En España, la más larga es la Madrid-Gijón-Madrid de 1200km, una prueba que emula a la gran cita para los amantes de estas marchas: la París-Brest-París 1200km, el sueño de los apasionados por la larga distancia.
Para participar en una brevet de larga distancia es necesario acreditar antes que se han completado una serie de pruebas anteriores. Por eso, el año que hay ciclomaratón como esta BPB de la que os hablamos, se organizan previamente brevets de 200, 300 y 400km. Las normas pueden variar, pero para inscribirse hay que acreditar que se está capacitado para completar largos recorridos. Para ello, quienes completan las brevets previas reciben un certificado que expide el club ciclista organizador.
Otra característica importante de las ciclomaratones es que se deben realizar sin ayuda externa. En principio, los participantes deben ser autónomos y deben completar el recorrido marcado en un tiempo máximo. La organización instala puntos de control para sellar el paso de los ciclistas. En algunos de ellos, pueden cambiarse de ropa, comer, avituallarse e incluso echar un sueñecito… Pero el espíritu de estas pruebas implica hacer el recorrido prácticamente sin paradas. Para ello, los ciclistas deben estar preparados para pedalear de noche y equiparse con luces, chalecos reflectantes homologados, ropa de abrigo, comida, agua, etc.
Las brevets y ciclomaratones apelan a la más antigua tradición del ciclismo de carretera. Las primeras carreras organizadas nacieron a mediados del siglo XIX con recorrido larguísimos de 300, 400 e incluso 1000km que los ciclistas debían completar del tirón o casi. De esta herencia, emana la París-Brest-París, el ciclomaratón por excelencia de 1200km que muchos de estos aficionados por la larga distancia quieren completar algún año y que se celebra cada cuatro años. De hecho, esta brevet recupera un recorrido que fue una competición para profesionales a finales del siglo XIX y principios del XX.
Actualmente, el espíritu competitivo ha pasado a un segundo plano en estas pruebas. No se trata de llegar lo antes posible, sino de completar el reto: acabarlas tiene un gran mérito. El perfil del participantes suele ser el de ciclistas de edad avanzada, en torno a los cincuenta años. Muchos de ellos han completado decenas de marchas cicloturistas convencionales y ven en las brevets un reto extra, un paso adelante en cuanto a motivación. Generalmente, las brevets suelen regirse por una asociación internacional, con sede en Francia, que se encarga de aglutinar, coordinar y homologar los recorridos y organizaciones.
Los tiempos máximos para realizar las brevets son:
Para la de 200 kilómetros: 13h30m.
Para la de 300 kilómetros: 20h00m.
Para la de 400 kilómetros: 27h00m.
Para la de 600 kilómetros: 40h00m.
Para la de 1000 kilómetros: 75h00m.
Para la de 1200 kilómetros: 90h00m.